autor: gabriela ballestro
Pag.14-88
Ecuménico era un
rey muy noble y bondadoso a pesar de que en un momento se casó con Casta, una
mujer muy mala de la que nadie sabía su procedencia, y ella trataba mal a
todos, hasta al rey; pero aun así nadie se explicaba cómo habían tenido a tres
hijas: Casta, que había forjado el carácter de su madre, Fabia, que había
sacado el carácter de su padre y Celsa, quien vivía a las sombras de su hermana
Casta.
Gracias a los malos
tratos de la reina hacia el rey, él conoció a la lavandera con quien tuvo a un
hijo de nombre José, y para no levantar sospechas hizo que se casara con un
hombre que tenía también el nombre de José. Así como el rey mantenía este secreto
la reina tenía su propio secreto, tras un accidente que tuvo había adquirido un
veneno dentro de sí que en cualquier momento podría matarla, así que cada día
trataba de envenenar la mente de su hija Casta para que se vengara del rey,
pues se había enterado de su infidelidad.
El día de la muerte
del rey, la reina también murió. Y cuando Casta cumplió los 18 años pudo reinar
como lo deseaba su madre, y además era la única que podía reinar siendo la
mayor. Fabia cumplió 14 años y decidió irse del reino, y como era de esperarse
Celsa no se opuso al reinado de su hermana. Para este entonces José sólo tenía
tres años.
Casta se había
casado, y tuvo dos hijas, de las cueles una murió y sobrevivió Penélope quien
se casó con uno de los jefes del ejercito para conveniencia de su madre.